sábado, 4 de agosto de 2012

Lo dulce se me ha vuelto amargo.

Son casi las 2 de la mañana, llevo 4 horas reflexionando sin poder parar de llorar. Me he dado cuenta de que en poco menos de un mes mi vida cambiará por completo, y que lo que pensaba que iba a ser un cambio bueno no lo será tanto. En dos meses mi vida se ha puesto patas arriba y cuando pienso que soy feliz algo me hace volver al pasado y recordar cosas las cuales echo de menos. 
Pensaba que era fuerte, que las circunstancias me estaban ayudando a avanzar, que la vida me volvía a sonreír y que podía superar cualquier cosa... pero de repente un día me levanto y siento que estoy sin fuerzas, que no puedo seguir, que me cuesta la vida mirar hacia delante. No puedo dormir, no paro de darle vueltas a las cosas y siento como mi orgullo ha arrasado con todo lo que me daba fuerzas para seguir hacia delante. Se me hace duro levantarme todos los días con una sonrisa en la cara sin tener ganas de sonreír, de aguantarme las ganas de llorar y de gritar a los cuatro vientos que tengo mucho miedo; miedo de no volver a ser la que era; porque en el fondo se que mis decisiones no han sido las correctas y cualquier día mi orgullo me explotará en la cara... Y se que ese día será demasiado tarde para rectificar.
Porque para volver a ser yo tendría que volver a revivir el pasado.

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