martes, 17 de julio de 2012

Sigo siendo ella.

Me acuerdo de ese nevado día. De ese primer mensaje. De esas salidas. De ese primer hasta luego. Recuerdo el reencuentro. También esas primeras citas, esas primeras miradas, los primeros abrazos, el primer beso. Recuerdo lo feliz que fui a tu lado, todos los momentos buenos y malos. Recuerdo el segundo hasta luego. Recuerdo la reconciliación. Recuerdo los altibajos y, por desgracia, recuerdo ese adiós.
Me mata saber que estás mal y que la culpa es mía. Me mata saber que no disfrutas porque yo no estoy. Me mata la duda de saber si mejoras o no mejoras, pero lo que más me mata es saber que en en otras circunstancias, en otro maldito momento de la vida, más adelante, en un futuro todo hubiese sido distinto.
Cada mañana cuando me despierto siento la necesidad enorme de coger el teléfono llamarte y decirte que disfrutes de la vida, que son dos días y que tu ya has malgastado demasiadas horas conmigo. De decirte que eres joven, que a lo largo de tu vida se van a presentar personas que te den lo que yo no he podido darte, personas mejores que sepan apreciarte. De recordarte que por mucho daño que hayamos sufrido, por muchas cosas que hayan pasado, por muchos malos momentos que hayamos tenido, incluso ni por esa amarga despedida me voy a olvidar de ti... Siempre vas a estar ahí, todos los momentos todos NUESTROS MOMENTOS, todas las caricias, los besos, las palabras todo se va a quedar en mí y, aunque me cueste la vida reconocerlo sé que te sigo queriendo y que voy a seguir queriéndote siempre. Aunque nuestros caminos se hayan separado, aunque no sepamos si se van a volver a juntar; yo siempre me acordaré de ti. Porque sí, sigo siendo la niña tonta que conociste aquel nevado 11 de Enero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario